La Verdadera Lección de Mi "Pinche Manual" (y por qué te urge el tuyo)

¡Qué onda, tribu chingona!

Hoy les vengo a contar una historia. Una de esas que te mueven el tapete y te recuerdan por qué estás aquí. No les miento, hace poquito me tocaron unas fregas de esas que te duelen hasta el alma. Días donde sentía la energía por los suelos, el corazón a mil por hora, y una amargura que, neta, no me reconocía. Era mi cuerpo y mi alma gritándome: "¡Dano, esto no es por aquí!".

Y es que, como saben los que me siguen en la onda del Diseño Humano, esa amargura es la señal Proyector de que estoy desenchufado. Es como cuando el Wi-Fi no jala y te pones de malas. Significa que estoy dando mi energía a lo loco, sin que me la pidan o sin que me la reconozcan como se debe. Y no, no jala. Me estaba vaciando.

La cosa estaba densa: comentarios que calaban, gente que no le ponía la misma energía a la tribu, y uno sintiendo que daba el extra y no le caía el 20 al otro lado. ¡Uff! La frustración era real, la presión en el pecho, la cabeza dando vueltas. Mi Autoridad Emocional me pedía chance de procesar, pero la situación no daba tregua.

Mi primer instinto, claro, fue mandar todo al carajo. Pero, ¿adivinen qué? Ahí es donde mi Diseño Humano, mi pinche manual para tener una vida chingona, entró al rescate.

Entender que mi energía de Proyector funciona diferente, que no necesito "pruebas" lógicas cuando mi intuición (mi Bazo) me grita que algo no vibra, y que mi chamba es guiar a quienes me reconocen... ¡eso lo cambió todo! Me di cuenta que esa rabia no era mía, era el dolor de mis límites sobrepasados, y que tenía que actuar. No desde el enojo, sino desde la claridad que solo llega cuando la ola emocional se calma.

Fue de las decisiones más difíciles que he tomado en mi vida. Poner límites fuertes, decir "aquí no es", incluso soltar gente que, aunque quiero, ya no vibraba en la misma frecuencia... ¡Neta, me sentí egoísta al principio! Pero justo después, la sensación de tranquilidad y liberación fue instantánea. ¡Puf! Como quitarse un peso de encima. Esa fue mi señal de que estaba honrando mi energía y mi camino.

Esta experiencia, mis queridos, me ha dejado una enseñanza poderosa, algo que quiero que te lleves hoy: alinear tu energía no es solo una idea bonita, es la llave maestra para que tu vida sea increíble y con propósito. Y sí, a veces duele, pero es el dolor que te sana y te impulsa a crecer.

No se trata de ser perfecto, sino de conocerte a fondo, saber qué te drena y qué te recarga, para que cada paso que des te acerque más a esa vida que sueñas. ¿Te resuena lo que te cuento? ¿Sientes que tu energía anda media rara y que te cuesta poner límites?

Si te urge entender cómo funciona tu propio sistema, cómo usar tu intuición para tomar decisiones chingonas, y cómo integrar tu espiritualidad con tu éxito terrenal... ¡Entonces esta invitación es para ti!

Tengo una clase donde desmenuzo todo este desmadre y desde una perspectiva muy practica así como de fácil implementación: 

Diseño Humano: Tu Pinche Manual para tener una Vida Chingona.

Ahí te espero, para que encuentres tus propios superpoderes y empiece tu transformación. ¡Dale, que el mundo te espera!

Con mucho amor y una energía renovada,

​Dano