Sunday, June 08, 2025
Querido ser infinito, ¿te ha pasado que sientes que todo se está cayendo a pedazos y no sabes por dónde empezar a arreglarlo?
El otro día andaba en una de esas. Ya sabes, cuando la vida te avienta todos los problemas juntos como si fuera una pinche competencia de quién aguanta más presión.
Ahí estaba yo, dándole vueltas a todo en mi cabeza: el negocio, las metas, las responsabilidades, esa sensación de que no estoy llegando a donde "debería" estar. El clásico espiral mental que te convence de que eres un fracaso disfrazado de emprendedor.
Y la neta, me sentía chiquito. Como si toda esa confianza y esa conexión espiritual que tanto predico se hubiera evaporado de la nada.
¿Te suena familiar?
Esa noche, antes de dormirme (porque ya no podía con la preocupación), agarré un libro que tenía ahí tirado: "El Juego de la Vida" de Florence Scovel Shinn.
No fue planeado. Fue más bien desesperación.
Leí un fragmento sobre las afirmaciones matutinas y, aunque mi mente escéptica quería decir "esto es pura mamada new age", algo en mi pecho me dijo que le diera una oportunidad.
A la mañana siguiente, mientras caminaba al parque con mi esposa, el bebé y los perritos, estaba igual de jodido emocionalmente. Triste, sin ánimos, sintiendo que todo era cuesta arriba.
Pero ahí, en medio de esa caminata, recordé la afirmación que había leído:
Y empecé a repetirla. Primero en mi mente, luego en voz alta (mi esposa ya está acostumbrada a mis experimentos espirituales, jajaja).
No mames, nene. Fue literal como si alguien hubiera prendido un switch.
Sentí una emoción increíble subiendo desde el pecho. Una energía que no había sentido en días. Y me dije a mí mismo:
Ahí fue cuando me di cuenta de la verdad: el estrés viene cuando la Matrix nos ha convencido lo suficiente para que creamos que somos pequeños y no los seres infinitos que realmente somos.
Y esa afirmación simple me regresó al camino.
Florence Scovel Shinn fue maestra de Louise Hay (mi adorada mentora espiritual), y su libro llegó "casualmente" a mi vida justo cuando más necesitaba recordar el poder de las afirmaciones.
Pero esto no es sobre repetir palabras bonitas. Es sobre elegir conscientemente cambiar tu estado interno y soltar el estrés dejándoselo a algo más grande que tú.
Es sobre recordar quién eres realmente cuando el mundo te tiene convencido de que eres pequeño.
Basándome en el trabajo de Florence, aquí está el ejercicio que ahora hago todas las mañanas:
PASO 1: Al despertar (antes de agarrar el celular)
Respira profundo 3 veces y di:
"Que hoy se haga tu voluntad. Hoy es un día de realizaciones; doy gracias por este día tan perfecto, en el que los milagros aparecerán y los prodigios no se detendrán"
PASO 2: Elige tu afirmación personal
Según lo que necesites:
PASO 3: Repítela durante tu rutina matutina
Mientras te bañas, desayunas, caminas. Que penetre en tu subconsciente.
PASO 4: Cuando llegue el estrés
Regresa a tu afirmación. Recuerda: no te apendejes dejando que la preocupación te convenza de que eres algo diferente a tu grandeza.
¿Has sentido esa sensación de estar remando contra corriente? ¿Esa presión de que todo está saliendo mal?
Tu grandeza no depende de las circunstancias externas. Depende de tu conexión con esa parte infinita que eres.
Prueba este ejercicio por una semana. Permítete experimentar. Y si resuena contigo, compárteme cómo te fue.
Porque la neta, todos necesitamos recordatorios de que somos mucho más grandes de lo que la vida nos quiere hacer creer.
Abrazo de afirmación, (y de la certeza de que no estás solo en esto),
Dano
Ayudo a personas comunes a desarrollar sus habilidades de comunicación con el cielo de forma segura y divertida